26 ago 2012

SAN RAMON NONATO ( 31 DE AGOSTO )

Se carece de documentación fidedigna sobre los detalles de la vida San Ramón. He aquí lo que hemos podido recoger de la narración de Alban Butler y otras fuentes. San Ramón nació de familia noble en Portell, cerca de Barcelona, España en el año 1200. Recibió el sobrenombre de non natus (no nacido), porque su madre murió en el parto antes de que el niño viese la luz. Con el permiso de su padre, el santo ingresó en la orden de los Mercedarios, que acababa de fundarse. San Pedro Nolasco, el fundador, recibió la profesión de Ramón en Barcelona. Progresó tan rápidamente en virtud que, dos o tres años después de profesar, sucedió a San Pedro Nolasco en el cargo de "redentor o rescatador de cautivos". Enviado al norte de Africa con una suma considerable de dinero, Ramón rescató en Argel a numerosos esclavos. Cuando se le acabó el dinero, se ofreció como rehén por la libertad de ciertos prisioneros cuya situación era desesperada y cuya fe se hallaba en grave peligro. Pero el sacrificio de San Ramón no hizo más que exasperar a los infieles, quienes le trataron con terrible crueldad. Sin embargo, el magistrado principal, temiendo que si el santo moría no se pudiese obtener la suma estipulada por la libertad de los prisioneros a los que representaba, dio orden de que se le tratase más humanamente. Con ello, el santo pudo salir a la calle, lo que aprovechó para confortar y alentar a los cristianos y hasta llegó a convertir y bautizar a algunos mahometanos. Al saberlo, el gobernador le condenó a morir empalado, pero quienes estaban interesados en cobrar la suma del rescate consiguieron que se le conmutase la pena de muerte por la de flagelación. San Ramón no perdió por ello el valor, sino que prosiguió la tarea de auxiliar a cuantos se hallaban en peligro, sin dejar escapar la menor ocasión de ayudarlos. San Ramón encaró dos grandes dificultades. No tenía ya un solo centavo para rescatar cautivos y predicar el cristianismo a los musulmanes equivalía a la pena de muerte. Pero nada lo detuvo ante el llamado del Señor. Conciente del martirio inminente, volvió a instruir y exhortar tanto a los cristianos como a los infieles. El gobernador, enfurecido ante tal audacia, ordenó que se azotase al santo en todas las esquinas de la ciudad y que se le perforasen los labios con un hierro candente. Mandó ponerle en la boca un candado, cuya llave guardaba él mismo y sólo la daba al carcelero a la hora de las comidas. En esa angustiosa situación pasó San Ramón ocho meses, hasta que San Pedro Nolasco pudo finalmente enviar algunos miembros de su orden a rescatarle. San Ramón hubiese querido quedarse para asistir a los esclavos en Africa, sin embargo, obedeció la orden de su superior y pidió a Dios que aceptase sus lágrimas, ya que no le había considerado digno de derramar su sangre por las almas de sus prójimos. A su vuelta a España, en 1239, fue nombrado cardenal por Gregorio IX, pero permaneció tan indiferente a ese honor que no había buscado, que no cambió ni sus vestidos, ni su pobre celda del convento de Barcelona, ni su manera de vivir. El Papa le llamó más tarde a Roma. San Ramón obedeció, pero emprendió el viaje como el religioso más humilde. Dios dispuso que sólo llegase hasta Cardona, a unos diez kilómetros de Barcelona, donde le sorprendió una violenta fiebre que le llevó a la tumba. El santo tenía aproximadamente treinta y seis años cuando murió el 31 de agosto de 1240. Cardona pronto se transformó en meta de peregrinaciones. Fue sepultado en la capilla de San Nicolas de Portell. El Papa Alejandro VII lo incluyó en el Martirologio Romano en 1657. San Ramón Nonato es el patrono de las parturientas y las parteras debido a las circunstancias de su nacimiento. La comisión nombrada por el Papa Benedicto XIV propuso suprimir del calendario general la fiesta de San Ramón por la dificultad de encontrar documentos fidedignos sobre su vida. ORACIÓN PARA PEDIR SU PROTECCIÓN ¡Oh! Glorioso San Ramón, a cuyo poder sometió Dios la tierra y los elementos, la salud y la enfermedad, la vida y la muerte, hallando en vuestra poderosa intercesión, abogado las doncellas, sucesión las casadas, defensa los que se ven calumniados, cosecha los labradores, puerto los náufragos, redención los cautivos, vista los ciegos y fin todos los males; por aquel vuestro ardiente deseo de recibir el Santísimo Sacramento, que obligó a Jesucristo a daros de sus benditas manos la sagrada Comunión, os suplico intercedáis por mí para que merezca frecuentar este celestial convite, y recibirle por Viático al fin de mi vida, y sobre todo que pueda obtener la gracia especial que os pido y la eterna felicidad de la gloria. Amén. __________ ORACIÓN PARA UN FELIZ PARTO Oh excelso patrono, San Ramón, modelo de caridad para con los pobres y necesitados, aquí me tenéis postrado humildemente ante vuestros pies para implorar vuestro auxilio en mis necesidades. Así como era vuestra mayor dicha ayudar a los pobres y necesitados en la tierra, socorredme, os suplico, oh glorioso San Ramón, en esta mi aflicción. A vos, oh glorioso protector acudo para que bendigáis al hijo que llevo en mi seno. Protegedme a mí y al hijo de mis entrañas ahora y durante el parto que se aproxima. Os prometo educarlo según las leyes y mandamientos de Dios. Escuchad mis oraciones, amante protector mío, San Ramón, y hacedme madre feliz de este hijo que espero dar a luz por medio de vuestra poderosa intercesión. Así sea. __________ NOVENARIO ESPECIAL DE EMBARAZADAS Se hace una vez al mes, empezando desde el mes en que conocen que están embarazadas. El último mes harán el novenario de nueve días. Oh San Ramón Nonato prodigioso. A Vos vengo movida de la grande benignidad con que tratáis a vuestros devotos. Aceptad, Santo mío, estas oraciones que de muy buena gana te ofrezco, en memoria de tus oraciones tan meritorias, que alcanzaron de Dios el que os haya constituido especial patrón de las embarazadas. Aquí está, Santo mío, una de ellas que se pone humilde debajo de vuestra protección y amparo, suplicándoos que así como se conservó siempre invicta vuestra paciencia en todos aquellos ocho meses en que fuiste tan singularmente martirizado con el candado y otras penas que pasasteis dentro de la tenebrosa mazmorra y en el mes noveno salisteis libre de todas aquellas prisiones, así Santo y abogado mío, os pido humildemente me alcancéis de mi Dios y Señor el que la criatura que está encerrada en mis entrañas se conserve en vida y salud por espacio de los ocho meses, en el noveno salga libre a la luz de este mundo, haciendo Vos, Santo mío, que así como el día que salió vuestra alma de vuestro cuerpo fue un día Domingo, que es día de gozo y regocijo, así el día de mi parto sea de todo contento y gozo, con todas aquellas circunstancias que Vos sabéis que más convienen a mayor gloria de Dios y vuestra y salvación de mi alma y la de mi hijo. Amén. Un buen ejemplo para las madres de hoy que tratan de limitar la descendencia y algunas, lo que es peor, traman quitar la vida a los indefensos no nacidos. En la provincia de Lérida (España), en una casita de campo, cerca del pueblo del Portell, y descendientes de las nobles familias de los Fox y Cárdenas, vino al mundo este niño de modo milagroso ya que fue extraído del vientre de su madre cuando ella ya estaba muerta, de aquí el sobrenombre con que es conocido, No-Nato, no nacido. Los planes de Dios no son nuestros planes. Tampoco los planes de los padres, a veces, son los mejores para sus hijos. En muchas ocasiones, ellos buscan su propio egoísmo en lugar del bien de sus hijos. El padre de Ramón le envío a Barcelona para que hiciera amistad con gente rica, hiciera carrera, y el día de mañana fuera su orgullo y su sostén. Al poco tiempo de llegar a Barcelona, Ramón se entregó a una vida de profundo estudio pero no menos se dedicó a la vida de piedad. Para ello, en lugar de hacer amistad con ricos, se preocupaba de los libros y de los necesitados. Al enterarse, su padre le mandó volver a Portell y allí le encargó el cuidado de unas ovejillas. Hizo amistad con otros pastores, pero como el demonio no duerme, pronto algún envidiosillo le acusó al amo de las ovejas de que abandonaba el ganado. El amo le creyó y cierto día le siguió de lejos para ver si era verdad. Y ciertamente así era: El jovencillo Ramón se retiraba a un lugar solitario, y, puesto de rodillas, se entregaba a la oración. Pero la maravilla del amo subió de emoción al ver que un joven bien apuesto, con alas de ángel, cuidaba de su rebaño y alimentaba en los mejores pastos a sus ovejas. De hecho eran las que más lana y leche producían. La envidia se trocó en admiración y respeto. Por este tiempo es cuando se puso al servicio total de la Virgen María y bajo su amparo. Un día, mientras cuidaba de sus ovejillas, le habló así: "Madre mía, tú sabes que yo no he tenido la dicha de conocer a mi madre en la tierra, pero te conozco a Ti y te amo ¿no querrás suplir a mi madre de la tierra?" - Y la Virgen María le contestó: "Sí, sí, hijo mío, acepto con gusto ser tu madre..." Hasta los oídos de Ramón llegaron los prodigios que obraba en Barcelona un joven llamado Pedro Nolasco (posteriormente Santo) que trataba de fundar una Orden para redención de los pobres cautivos, que, caídos en manos de los sarracenos, eran llevados a las mazmorras de África. Marchó a Barcelona y se encontró con él y se puso a su servicio y bajo su dirección espiritual. En Barcelona se entregó a hacer obras de caridad por las calles y en los domicilios particulares. Sobre todo, dejó huellas de su gran caridad para con toda clase de enfermos en el Hospital de Santa Eulalia. Una antigua biografía nos lo pinta así: "Era de caridad incandescente, que amaba las letras y aprovechaba mucho en ellas. De pueblo en pueblo iba llevando la Buena Nueva del Evangelio; todos los caballeros y nobles le respetaban; todos los pobres le amaban y todos seguían sus huellas... Por fin iba a llegar al heroísmo su caridad: Se entregó a cambio de un cautivo y estuvo en las cárceles de Argel. Grandes sufrimientos padeció allí por amor a Jesucristo y a sus hermanos los hombres. Era por el 1237. Predicaba tanto y con tanto enardecimiento de Cristo que, para evitarlo, los moros le pusieron un candado en su boca. Como premio, el Papa le hizo cardenal de la Iglesia pero no se enorgulleció por ello. Enamorado de Jesús Eucaristía y de María, partía a la eternidad por el año 1240. Texto de "El Santo de cada día", por Justo y Rafael Mª López-Melús NOVENA A SAN RAMÓN NONATO Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. Acto de contrición: ¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podeís castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén. Dios, Padre de bondad, que me has dado el inmenso beneficio de engendrar un hijo, gracias por habernos hecho partícipes de tu paternidad, dando la existencia a un nuevo ser. Ante la espera de su alumbramiento vengo a pedir tu protección, por intermedio de mi abogado San Ramón Nonato, para que este fruto de mis entrañas llegue a feliz término. Así lo espero por los méritos infinitos de nuestro Señor Jesucristo tu Hijo y los de su Santísima Madre María. Amén. Oración a San Ramón A ti acudo glorioso San Ramón en estos días que preceden a mi maternidad, para implorar de tu mediación la gracia de un parto feliz que, colmando mis deseos, premie mis esperanzas. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. V. Glorioso San Ramón Nonato R. Ruega por nosotros. Preces a la Virgen Madre Señor, ten piedad (bis) Cristo, ten piedad (bis) Señor, ten piedad (bis) Dios, Padre celestial, Ten misericordia de nosotros. Dios, Hijo Redentor, Ten misericordia de nosotros. Dios, Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros. V. Santa María, R. Ruega por nosotros. V. Santa Madre de Dios, R. Ruega por nosotros. V. Hija del Eterno Padre, R. Ruega por nosotros. V. Esposa del Espíritu Santo, R. Ruega por nosotros. V. Madre de Jesucristo, R. Ruega por nosotros. V. Madre del Redentor, R. Ruega por nosotros. V. Madre del Salvador, R. Ruega por nosotros. V. Madre de la Iglesia, R. Ruega por nosotros. V. Madre de todos los hombres, R. Ruega por nosotros. V. Madre nuestra, R. Ruega por nosotros. V. Madre de Mercedes, R. Ruega por nosotros. V. Madre de nuestra esperanza, R. Ruega por nosotros. V. Por tu Concepción inmaculada, R. Ruega por nosotros. V. Por tu felicísimo nacimiento, R. Ruega por nosotros. V. Por tu maternidad divina, R. Ruega por nosotros. V. Por el nacimiento de tu Hijo, R. Ruega por nosotros. V. Por tu maternidad universal, R. Ruega por nosotros. V. Por tu amor a Jesús, tu Hijo, R. Ruega por nosotros. V. Por tu amor maternal hacia nosotros, R. Ruega por nosotros. Jesús, Hijo del Eterno Padre, perdónanos. Señor. Jesús, Hijo de María Virgen, escúchanos, Señor. Jesús, hermano nuestro, ten misericordia de nosotros. V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Oración. Dios Padre nuestro que escogiste a la Virgen María para ser la Madre de tu Hijo Jesucristo y preparaste en ella una digna morada para que tomara nuestra carne, acoge benignamente las súplicas que te dirigimos, para que, por su intercesión, atiendas favorablemente nuestra plegaria. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, Amén. (Tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias) Oración final: Oh Dios, que manifestaste de modo admirable tu amor a tu siervo Ramón Nonato trayéndole a la vida de modo maravilloso y lo pusiste como protector de las que vamos a ser madres, por sus méritos e intercesiones te suplico que la nueva vida que has hecho germinar en mí venga felizmente a aumentar el número de tus hijos. Por Jesucristo nuestro Señor, Amén. V. Piadosísima Madre de la Merced. R. Ruega por Nosotros. V. San Ramón Nonato. R. Ruega por nosotros. V. Ave María Purísima. R. Sin pecado concebida. ACCIÓN DE GRACIAS DESPUÉS DEL NACIMIENTO DE UN/A HIJO/A. Acción de gracias después del nacimiento del hijo. Hoy, Señor, vengo ante tu altar con el alma henchida de alegría y agradecimiento para darte gracias por todos los beneficios que he recibido de tu bondad y especialmente porque ha terminado felizmente nuestra espera, con el nacimiento de este hijo que nos has dado y que más que nuestro es tuyo. Por eso venimos a ofrecértelo. Tuyo es, como todos somos tuyos y, tuyos queremos seguir siendo siempre. Nos comprometemos a presentárselo a la Iglesia para que, al ser bautizado, quede consagrado a Ti. Nos comprometemos a educarle en la fe cristiana con nuestro ejemplo y con nuestro consejo. Que la ayuda maternal de María sea guía en esta misión. Queremos darte las gracias por mediación de San Ramón Nonato, protector nuestro. Que su intercesión nos ayude también a dar a nuestro hijo una santa educación. Te lo pedimos por tu amado Hijo Jesucristo nuestro Señor que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. (Tres Padre Nuestros)

21 ago 2012

SAN BARTOLOME APOSTOL ( 24 DE AGOSTO )

Bartolomé es uno de los 12 Apóstoles (Mt 10,3). El apóstol Felipe lo llevó a Jesús. Bartolomé es la misma persona que Natanael, mencionado en el Evangelio de San Juan, donde nos dice que era de Caná. (Jn 21,2) Los Hechos de los Apóstoles mencionan también su presencia en Pentecostés (1,13). Según la tradición, después de la ascensión del Señor, predicó el Evangelio en la India, donde recibió la corona del martirio. Felipe dice a Natanael que han encontrado al Mesías esperado. Natanael al principio duda al saber que Jesús es de Nazaret. Felipe insistió: «Ven y lo verás.» (v.46). Es entonces que ocurre el encuentro entre Jesús y Natanael. "Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.» -Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?» -Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.» -Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.» -Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.» (Jn 1:47-51) Según la Martiriología Romana, Bartolomé predicó en la India y en Armenia, donde murió mártir. Todavía con vida le arrancaron la piel y fue decapitado por el Rey Astyages en Derbend. Según la tradición este martirio ocurrió en Abanopolis, en la costa occidental del Mar Caspio, después de haber predicado también en Mesopotamia, Persia y Egipto. Según Eusebius, Pantenus de Alejandría (Siglo II) encontró en la India un Evangelio de San Mateo atribuido a Bartolomé y escrito en hebreo. Dicho evangelio es apócrifo y fue condenado en el decreto de Pseudo-Gelasius. Las reliquias de San Bartolomé, según una tradición, fueron enterradas en la isla de Lipara y eventualmente fueron trasladadas a Benevento, Italia y después a Roma donde ahora están en la Iglesia de San Bartolomé, en la "Isola San Bartolomeo" del río Tiber. Se dice que la Reina Emma, la esposa del Rey Canute entregó uno de sus brazos a Canterbury en el siglo XI. En la iconografía se le representa con barba, un libro y un cuchillo (utilizado en su martirio). San Bartolomé es patrón de los carniceros, fabricantes de libros, guantes, pieles, zapateros, sastres, mercaderes de queso, viñadores, albañiles y otros. Se le invoca contra desórdenes nerviosos. Oración Oh, Dios omnipotente y eterno, que hiciste este día tan venerable día con la festividad de tu Apóstol San Bartolomé, concede a tu Iglesia amar lo que el creyó, y predicar lo que él enseñó. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén Probablemente el nombre de Bartolomé no es propiamente el del Apóstol, sino simplemente un patronímico que significa "el hijo de Tolomai". El Martirologio Romano resume la tradición popular sobre el santo y señala que "predicó el Evangelio en la India; habiendo ido después a la Armenia Mayor, convirtió a muchas personas, por lo cual los bárbaros le despellejaron vivo, y el rey Astiajes le mandó decapitar". San Bartolomé predicó en Mesopotamia, Persia, Egipto y otros países. Eusebio es el primero que hace mención de la India. Otra leyenda oriental afirma que el santo encontró a San Felipe en Hierápolis de Frigia y fue con él a Licaonia y San Juan Crisóstomo sostiene que el santo evangelizó a los licaonios. A este santo (que fue uno de los doce apóstoles de Jesús) lo pintaban los antiguos con la piel en sus brazos como quien lleva un abrigo, porque la tradición cuenta que su martirio consistió en que le arrancaron la piel de su cuerpo, estando él aún vivo. Parece que Bartolomé es un sobrenombre o segundo nombre que le fue añadido a su antiguo nombre que era Natanael (que significa "regalo de Dios") Muchos autores creen que el personaje que el evangelista San Juan llama Natanael, es el mismo que otros evangelistas llaman Bartolomé. Porque San Mateo, San Lucas y San Marcos cuando nombran al apóstol Felipe, le colocan como compañero de Felipe a Natanael. El encuentro más grande de su vida. El día en que Natanael o Bartolomé se encontró por primera vez a Jesús fue para toda su vida una fecha memorable, totalmente inolvidable. El evangelio de San Juan la narra de la siguiente manera: "Jesús se encontró

SAN JACINTO ( 17 DE AGOSTO )

Nacido a finales del siglo XII en el seno de una familia polaca —los condes de Konskie—, es educado cristianamente. En 1220, ya sacerdote, acompaña a su tío, obispo de Cracovia, a Roma, de donde volverá fraile de la naciente Orden de Sto. Domingo. Después de casi cuarenta años de trabajos apostólicos acompañados de milagros, muere en 1257. — Fiesta: 17 de agosto. San Jacinto, Patrono nacional de Polonia, la nación mártir, es uno de esos santos que no todos pueden comprender, porque su vida está envuelta en el hálito del milagro. Cierto que la Iglesia no canoniza a ningún santo que no haya obrado al menos dos milagros reales y comprobados. Pero muchas veces Dios realiza tales prodigios a través de sus santos, cuando éstos ya están en la gloria. No es así el caso del nuestro, cuya existencia terrena es una cadena ininterrumpida de hechos maravillosos. Los testimonios históricos que tenemos acerca de él, no permiten atribuir las noticias de su poder taumatúrgico a la leyenda medieval, sino que nos obliga a admitirlas plenamente... Hijo de los condes de Konskie, Jacinto pasa su infancia entre los esplendores de la vida cortesana, hasta que comienza su vida de estudio en los grandes centros culturales de entonces: Praga, Bolonia y París son, respectivamente, el teatro de su carrera de artes, derecho y teología. Vuelto a Polonia, abraza el estado eclesiástico, siendo nombrado canónigo de Cracovia por su tío, a la sazón obispo de aquella diócesis. En 1220 acompaña a su tío a Roma, coincidiendo allí con la resurrección del joven sobrino del cardenal Esteban, realizada por Domingo de Guzmán. El hecho se va conociendo por toda la ciudad y conmueve profundamente al joven canónigo, que desde aquel momento se une a la naciente Orden de Predicadores, la cual, bajo la dirección de Santo Domingo, se dedicaba a alabar a Dios y predicar la verdad cristiana. Después de unos meses de formación al lado del santo fundador de los dominicos, que le transmitió su espíritu y sus deseos, Jacinto vuelve a Polonia para predicar y fundar nuevos conventos. El camino lo hace a pie junto con otros compañeros y va esparciendo la buena semilla por todos los poblados por donde pasa. Sus palabras convierten, y sus milagros confirman el favor de Dios sobre él. Como la gente no quiere dejar que se marchen, suele quedarse alguno del grupo al que se unen nuevas vocaciones, formándose nuevos conventos. Los restantes prosiguen su camino, y por este sistema, sólo Jacinto llega a Cracovia, donde habiéndole precedido su fama de taumaturgo, es recibido solemnemente. Funda allí un hermoso convento que será la cuna de los predicadores del norte de Europa, y predica la vieja y siempre nueva palabra del Señor, que renueva la faz de aquella diócesis, haciendo revivir en toda ella el espíritu de amor. Ello no basta a Jacinto, que no conoce fronteras para su celo evangelizador. Y se lanza a predicar a Prusia, todavía idolátrica, y de allí pasa a Rusia llegando hasta Kiev. Dios mismo le abre camino en aquel pueblo evangelizado antes por misioneros cismáticos, al devolver milagrosamente la vista a la hija del gran príncipe Wladimiro, ciega de nacimiento. Es también en Kiev, donde al invadir los tártaros la ciudad, Jacinto se lleva en su huida al Santísimo Sacramento, para que no sea profanado en saqueo. Pero antes de salir del templo, la imagen de la Virgen se queja de que la deje abandonada. El humilde fraile se excusa, porque no puede con un peso tan grande, pero ante el requerimiento de la Madre la toma de la mano, y huye atravesando a pie enjuto el caudaloso río, seguido de sus frailes. No son éstos los únicos prodigios realizados por San Jacinto, durante los años de su trabajo apostólico, sino que con otros muchos el Señor fecundó su labor. La bula de canonización, dada por Clemente VIII, en el año 1594, tras casi un siglo de serias investigaciones en Polonia, cuenta cómo resucitó al hijo de una viuda, ahogado en el río hacía 24 horas. También, en la misma bula, vemos cómo un joven que había gastado todos sus recursos para devolver la salud a su madre paralítica sin conseguirlo, acude a la intercesión del santo, y obtiene la tan deseada curación. Otro día será el llanto de los labradores ante la destrucción de las mieses que estaban a punto para la siega, lo que le mueve a conseguir del cielo que las mieses sean repuestas... Se haría demasiado extenso este relato si continuásemos narrando los que en vida realizó el que ha podido ser llamado el más grande taumaturgo de su siglo.

NUESTRA SEÑORA DE LAS NIEVES ( 5 DE AGOSTO )

Nuestra Señora se apareció a un matrimonio en Roma y al Santo Padre. Según una tradición, en el siglo IV vivía en Roma una piadosa pareja. Él se llamaba Juan Patricio mientras que el nombre de su esposa se desconoce. Habían sido bendecidos con abundancia de bienes y también de fe. Sin embargo, su gran dolor era no tener hijos con los que pudieran compartir sus dones. Durante años habían rezado por un hijo y heredero. En esta situación pasaron muchos años sin ningún resultado. Por fin decidieron nombrar como heredera a la Santísima Virgen y le rezaron con devoción para que los guiara en la asignación de la herencia. Nuestra Señora les agradeció sobremanera y la noche del 4 de agosto, se le apareció a Juan Patricio y a su esposa, diciéndoles que deseaba que construyeran una basílica en el Monte Esquilino (una de las siete colinas de Roma), en el punto preciso que ella señalaría con una nevada. También se le apareció al Papa Liberio con el mismo mensaje. En la mañana siguiente, el 5 de agosto, mientras brillaba el sol en pleno verano, la ciudad quedó sorprendida al ver un terreno nevado en el Monte Esquilino. La pareja, feliz, se apresuró al lugar y el Papa Liberio marchó hacia el mismo en solemne procesión. La nieve cubrió exactamente el espacio que debía ser utilizado para la basílica y desapareció una vez señalado el lugar. Pronto se construyó la Basílica de Santa María la Mayor. Grandes devotos de la Santísima Virgen El Papa Liberio buscaba una imagen de la Santísima Virgen que fuera digna de esta espléndida Basílica de Sta. María la Mayor. El mismo donó la famosísima Madonna, Nuestra Señora y el Niño, la cual, según una tradición había sido pintada por San Lucas sobre una gruesa tabla de cedro de casi cinco pies de alta y tres y un cuarto de ancha, y llevada a Roma por Santa Helena. Esta obra es venerada en el oratorio pontificio. A lo largo de los años, el pueblo de Roma ha sido muy devoto de la Madonna. Cada vez que Roma se encontraba en peligro de calamidades o de pestilencia, corría en bandadas al santuario de Nuestra Señora para pedirle auxilio. La imagen era llevada en procesión solemne, con gran devoción. La Virgen Santísima les demostró ser una poderosa protectora con grandes milagros. Durante el pontificado de San. Gregorio el Grande, una peste terrible arrasó con la ciudad de Roma. El Pontífice ordenó que se hiciera una procesión penitencial desde Santa María la Magiore, en la cual el mismo llevaba una estatua de la Virgen. Durante la procesión 80 personas murieron, pero el pontífice continuaba sus oraciones. Cuando llegaron al puente que cruza el río Tiber, oyeron cantos de ángeles en el cielo. De pronto sobre el castillo (que hoy se llama "de San Angelo"), se apareció el arcángel San Miguel. En su mano derecha llevaba una espada que metió en su vaina. En ese mismo momento ceso la peste. En la actualidad, esta advocación se le llama Nuestra Señora, Protectora de Roma o Auxilio del Pueblo Romano. El Señor también ha obrado milagros --por medio de la Stma. Virgen-- a través de numerosas réplicas, particularmente sobre una que pertenecía a los Padres Jesuitas. Los Papas siempre han sentido una tierna devoción por esta imagen de la Virgen María. Algunos han pasado incluso noches enteras en oración ante él. Benedicto XIV hizo el compromiso de hacerse presente para el canto de las letanías de Sta. María la Mayor todos los sábados. El Papa Pablo V, la noche en que iba a morir, manifestó el deseo de que lo llevaran a la capilla de Nuestra Señora para así poder morir a sus pies. Instauración de la fiesta de María, Reina El 1º de noviembre, de 1954, al final del Año Mariano, el Santo Padre Pío XII colocó una corona enjoyada sobre la pintura de Nuestra Señora, Protectora de Roma. En ese momento, se levantó un fuerte llanto de entre la gran multitud congregada en Sta. María la Mayor: "¡Viva la Reina!". El Papa nombró a la Virgen Reina de cielos y tierra y decretó que se celebrara una fiesta especial para honrarla bajo ese título. No era éste un nuevo privilegio para la Madre de Dios. Ella siempre ha sido considerada nuestra Reina, como lo testifica el arte Mariano desde los primeros siglos y las oraciones, especialmente la Letanía de Loreto. Sin embargo, no había hasta entonces fiesta en particular que lo conmemorara. En la actualidad esta fiesta se celebra el 22 de agosto. La fiesta de Nuestra Señora de las Nieves, 5 de agosto, se celebraba, en principio, solamente en la basílica, se extendió en el siglo XIV a toda Roma y, finalmente, San Pío V la declaró fiesta de la Iglesia universal en el siglo XVII. llent de Gállego es una histórica villa pirenaica, capital del Valle de Tena. Tiene por patrona a Ntra. Sra. de las Nieves, cuya imagen se venera en una hermosa capilla de la iglesia parroquial de la Asunción (siglo XVI). La pequeña talla representa a la Virgen sedente, con el Niño en el regazo, portando en su mano la flor de edelweiss representativa de su advocación. Bajo el pedestal, junto a un piquete de escalada, siempre encontraremos un fresco ramillete de flores de la nieve traídas de las montañas cercanas. La Virgen de las Nieves es objeto de importantes festejos en Sallent a principios de agosto, siendo el día 5 su festividad. Se realiza entonces la popular romería con la imagen hasta el Llano de Tornadizas, paraje situado en las altas cumbres sallentinas de Respomuso; también la antigua Misa Solemne de Sallent, ceremonia cantada al más puro estilo tradicional en la que se rinde tributo a la Virgen con ofrendas de flores, bailes e históricos rituales. Esta fiesta de la Santísima Virgen tiene su origen en la leyenda romana que las lecciones del Breviario de hoy nos recuerdan. En tiempo del papa Liberio, segunda mitad del siglo IV, existía en Roma un matrimonio sin hijos. Lo mismo Juan que su esposa pertenecían a la más alta nobleza. Eran excelentes cristianos y contaban con una gran fortuna que las numerosas limosnas a los pobres eran incapaces de agotar. Se hacían ancianos los nobles esposos y, pensando en el mejor modo de emplear su herencia, pedían insistentemente a la Madre de Dios que les iluminase. He aquí que la Virgen les declara de forma maravillosa sus deseos. A Juan Patricio y a su esposa se les aparece en sueños, y por separado, la Señora para indicarles su voluntad de que se levante en su honor un templo en el lugar que aparezca cubierto de nieve en el monte Esquilino. Esto ocurría la noche del 4 al 5 de agosto, en los días más calurosos de la canícula romana. Van los dos esposos a contar su visión al papa Liberio. Este había tenido la misma revelación que ellos. El Sumo Pontífice organiza una procesión hacia el lugar que había señalado la Madre de Dios. Todos se maravillaron al ver un trozo de campo acotado por la nieve fresca y blanca. La Virgen acababa de manifestar de este modo admirable su deseo de que allí se levantase en su honor un templo. Este templo es hoy día la basílica de Santa María la Mayor. ¿Qué valor tiene esta leyenda? Parece que no tiene ninguna garantía de veracidad. El cardenal Capalti aseguraba a De Rossi que, cuando los canónigos de esta basílica terminaban en coro las lecciones de la fiesta de Nuestra Señora de las Nieves y se disponían a entrar en la sacristía para dejar sus trajes corales, había uno bastante gracioso que solía decir que en toda la leyenda únicamente encontraba verdaderas estas palabras. "en Roma, a 5 de agosto, cuando los calores son más intensos". La leyenda no aparece hasta muy tarde. Seguramente en el siglo XI. El caso es que cuajó fácilmente en la devoción popular y un discípulo del Giotto la inmortalizó en unos lienzos que pintó para la misma basílica. En un cuadro aparece el papa Liberio dormido, con la mitra al lado; encima, ángeles y llamas, y, delante, la Virgen que le dirige la palabra. En otro cuadro aparece Juan Patricio, a quien se le aparece también la Virgen. Otra pintura nos presenta a María haciendo descender la nieve sobre el monte Esquilino. Nuestro Murillo inmortalizó también esta leyenda en uno de sus cuadros. En él aparece el noble y piadoso matrimonio contando la visión al Papa, y en el fondo se contempla la procesión y el campo nevado. Otros artistas reprodujeron en sus cuadros este milagro y los poetas lo cantaron en sus versos. La devoción a la Virgen de las Nieves arraigó fuertemente en el pueblo romano y llegó a extenderse por toda la cristiandad. En su honor se levantan hoy templos por todo el mundo, y son muchas las mujeres cristianas que llevan este bendito nombre de la Santísima Virgen. Nuestra Señora de las Nieves es lo mismo que Santa María la Mayor, título que lleva una de las cuatro basílicas mayores de Roma. Las otras tres son: San Pedro del Vaticano, San Pablo Extramuros y San Juan de Letrán. La basílica de Santa María la Mayor parece ser que fue la primera iglesia que se levantó en Roma en honor de María y podemos decir, lo mismo que se afirma de San Juan de Letrán en un sentido más general, que es la iglesia madre de todas cuantas en el mundo están dedicadas a la excelsa Madre de Dios. Por esto, y por ser una de las iglesias más suntuosas de Roma, mereció el título de la Mayor. Así se la distinguía de las otras sesenta iglesias que tenía la Ciudad Eterna dedicadas a Nuestra Señora. Esta basílica ha pasado por bastantes vicisitudes a través de los tiempos. Ocupa el Esquilino, una de las siete colinas de Roma. En tiempo de la República era necrópolis y bajo el Imperio de Augusto, paseo público. Allí tenía el opulento Mecenas unos jardines. Allí estaba la torre desde la cual contempló Nerón el incendio de Roma y allí había un templo dedicado a la diosa Juno, al cual acudían las parejas de novios para implorar sus auspicios. Aquí quiso la Reina del Cielo poner su morada. En el corazón de la urbe penetra su planta virginal y los hijos del más glorioso de los antiguos imperios abrirán sus pechos al amor de tan tierna Madre. La primitiva iglesia no estaba consagrada a María. Se llamaba la basílica Sociniana. En su recinto lucharon los partidarios del papa Dámaso con los secuaces del antipapa Ursino. Esto sucedió a finales del siglo IV. En este tiempo se llamó también basílica Liberiana por su fundador, el papa Liberio. En el siglo V es reconstruida por Sixto III (432-440). Este mismo Papa es el que consagra el templo a la Virgen. Desde este momento el nombre de María se va a hacer inseparable de este templo. El concilio de Efeso había tenido lugar el año 431. Los padres del tercer concilio ecuménico acababan de proclamar la maternidad divina de María contra el hereje Nestorio. Era el primer gran triunfo de María en la Iglesia y una crecida ola de amor Mariano recorre toda la cristiandad de oriente a occidente. La maternidad divina de María es el más grande de los privilegios de María y la raíz de todas sus grandezas. Roma no podía faltar en esta hora de gloria Mariana. Este templo que renueva Sixto III en honor de la Theotocos es el eco romano de la definición de los padres de Efeso. La ciudad entera se apresta a levantar y hermosear esta basílica. Los pintores ponen sus pinceles bajo la dirección del Sumo Pontífice y las damas se desprenden de sus más vistosas joyas. Ahora es cuando la antigua basílica Sociniana se adorna con pinturas y mosaicos que celebran el misterio de la maternidad divina de María. Se levanta un arco de triunfo y sobre la puerta de entrada se lee una inscripción que empieza con estas palabras: "A ti, oh Virgen María, Sixto te dedicó este nuevo templo... " Las pinturas son de tema Mariano y generalmente relacionadas con la maternidad divina de María. Representan a la Anunciación, la Visitación, María con el Niño, la adoración de los Magos, la huida a Egipto y otras escenas de la vida de la Virgen. Las tres amplias naves de la basílica se enriquecieron con los dones de los fieles y los ábsides se adornaron de lámparas y mosaicos. Algunos de éstos son especialmente valiosos. En el siglo VII una nueva advocación le nace a esta iglesia: Santa María ad praesepe, Santa María del Pesebre. La maternidad de María acaba por llevar la devoción de los fieles al portal de Belén, a Jesús. Como siempre, por María a Jesús. Al lado de la basílica surge una gruta estrecha, obscura y recogida como la de Belén. Allí irán los papas a celebrar la misa del gallo todas las Nochebuenas, y para que la piedad se hiciese más viva se enseñaban los maderos del pesebre en el cual había nacido el Hijo de Dios y trozos de adobes y piedras que los peregrinos habían traído de Tierra Santa. Esta gruta llega a ser uno de los lugares más venerandos de la Ciudad Eterna. Los Romanos Pontífices la distinguen con sus privilegios. Gregorio III (731-741) puso allí una imagen, de oro y gemas que representaba a la Madre de Dios abrazando a su Hijo. Adriano I (762-795) cubrió el altar con láminas de oro, y León III (795-816) adornó las paredes con velos blancos y tablas de plata acendrada que pesaban ciento veintiocho libras. Son muchas las gracias que la Santísima Virgen ha concedido a sus devotos en este santo templo. Aquí organizó San Gregorio Magno unas solemnes rogativas con motivo de una terrible peste que asolaba la ciudad. El año 653 ocurrió en esta iglesia un hecho milagroso. Celebraba misa el papa San Martín cuando, al querer matarle o prenderle por orden del emperador Constante, el enarca de Ravena, Olimpo, quedó repentinamente ciego e imposibilitado. Basten estos hechos para demostrar el gran aprecio que los Sumos Pontífices han tenido para con este templo a través de la historia. Hoy mismo sigue siendo Santa María la Mayor una de las cuatro basílicas patriarcales de Roma cuya visita es necesaria para ganar el jubileo del año santo. De esta forma la Virgen de las Nieves sigue recibiendo el tributo de amor de innumerables peregrinos de todo el orbe católico. Actualmente es una de las iglesias más ricas y bellas de la ciudad de Roma. Conserva muy bien su carácter de basílica antigua. Tiene por base la forma rectangular, dividida por columnas que forman tres naves, techo artesonado, atrio y ábside. El interior de la basílica es solemne y armonioso. Las tres naves aparecen divididas por columnas jónicas. Contiene notables monumentos y tumbas de los papas. Tiene dos fachadas: la que mira al Esquilino, que es la posterior, y la que mira a la plaza que lleva el nombre de Santa María la Mayor. Esta, que es la principal, data del siglo VIII, y la posterior del XVII. El campanario, románico, es el más alto de Roma. Fue construido el año 1377. Sobre el altar mayor hay una imagen de María del siglo XIII, atribuida a Lucas el Santo, y en la nave se halla el monumento a la Reina de la Paz, erigido por Benedicto XV al terminar la primera guerra mundial. Su cielo raso está dorado con el primer oro que Colón trajo de América. En la plaza de Santa María la Mayor se yergue una columna estriada de más de catorce metros de altura. En la plaza del Esquilino se alza un obelisco procedente del mausoleo de Augusto. Santa María de las Nieves. He aquí una de las advocaciones más bellas de la Santísima Virgen. Ella, que es la Madre de Dios, Inmaculada, Asunta al cielo, Virgen de la Salud y del Rocío, es también Nuestra Señora de las Nieves. La nieve es blancura y frescor. Pureza y alma recién estrenada, intacta. Espíritu sin gravedad. ¡Cuán hermosamente tenemos representada aquí la pureza sin mancha de María! Nieve recién caída en el estío romano. La pureza al lado del calor sofocante de la pasión. Sólo Ella, como aquel trozo milagrosamente marcado por la nieve en la leyenda de Juan Patricio, es preservada del calor fuerte del agosto que es el pecado. Sólo Ella es sin pecado entre todos los hombres. Ella es blancura y candor. Ella refresca nuestros agostos llenos del fuego del pecado y la concupiscencia. Ni el copo de nieve, ni el ala de cisne, ni la sonrisa de la inocencia, ni la espuma de la ola es más limpia y hermosa que María. Verdaderamente es ésta una fiesta de leyenda y poesía, María es algo de leyenda y poesía. Es la obra de Dios.

SANTA MARIA DE JESUS SACRAMENTADO VENEGAS ( 30 DE JULIO )

María Natividad Venegas de la Torre nació el 8 de septiembre de 1868, en el rancho de "La Tapona", municipio de Zapotlanejo, Jalisco. Décima segunda hija de un matrimonio muy cristiano constituido por don Doroteo Venegas Nuño y María Nieves de la Torre Jiménez. Fue bautizada el día 13 del mismo mes por el Sr. Cura de Zapotlanejo, don José María de Anda. Recibió la confirmación el 24 de noviembre de 1872. El señor Venegas Nuño, era un hombre adornado con grandes virtudes cristianas; estudiaba Leyes en Guadalajara, pero abandonó la carrera. Fue hombre de profundos conocimientos en Historia Sagrada; tenía fama en la región por su extremada caridad, a tal grado que dado su desprendimiento a causa de donativos y firmas de crédito que nunca negó a quienes lo solicitaban, acabó con sus bienes, viéndose en la grave necesidad de dejar su tierra natal para ir a vivir a San Leonel, Las Varas, Mecatán, San Pedro Lagunillas y luego a Compostela, en el Estado de Nayarit. Fue en San Pedro Lagunillas donde Natividad aprendió las primeras letras. Felizmente, de los conocimientos que poseía su padre participó ella, aumentando así su cultura general. Cuando tenía nueve años hizo la Primera Comunión. En ese mismo lugar, con cuarenta y dos años de edad murió su señora madre, quedando ella al cuidado de una buena sirvienta y con el cariño de su padre y de su hermano mayor Mónico. Cuando cumplió Natividad dieciséis años, regresó la familia al Estado de Jalisco, estableciéndose en "Los Zorrillos", municipio de Zapotlanejo; permaneciendo en Tepic, Nayarit, el señor Venegas Nuño donde tres años después falleció. Ya desde en vida de su padre, Natividad se dedicaba a leer historietas sagradas y ejemplos escogidos; pues sus aficiones eran escribir, leer y rezar, mientras que su buena hermana, tenía más a su cargo el cuidado de aquel escogido hogar. Tanto que, Adelaida se lamentaba con su padre y le decía: "Papá, dile a Natividad que me ayude, ella nomás está rezando y escribiendo, mientras que a mí me deja todo el cuidado de la casa", a lo que el padre respondía con tono profético: "Déjala hija, ella lleva el oficio de María y tú el de Marta". Natividad y Adelaida su hermana, quedaron con su tío don Donaciano Venegas y su esposa. Vinieron para la joven días de dolor y martirio después de haber quedado huérfana, mas en los planes de la Divina Providencia, éste era el camino para acercarla más y más al Señor, que llenaría totalmente su corazón. En los aledaños de Zapotlanejo se desarrolla la vida de Natividad, cuando aquí vivía, se reunieron los padres de familia y fueron a suplicarle diera clases escolares a sus hijitos; Natividad amaba grandemente a los niños y pensó desde luego en aceptar el compromiso, pero Adelaida su hermana la advertía argumentando que los niños eran traviesos, mas ella llegó a convencerla diciendo: "Pobrecitos, no saben leer, déjalos que vengan, mira, yo los enseño y tú los regañas". Cambió el escenario yéndose a vivir a Zapotlanejo al lado de su tía paterna doña Crispina Venegas. En esta fervorosa población alteña, tendría su cita definitiva con el esposo celestial, aquí desarrolló durante su juventud un estilo de vida que la acercó a la plena consagración al Señor; así lo advirtió su director espiritual. Aquí se iba a plasmar en su alma el sello inconfundible de su personalidad. Aquí la esperaba el del Divino Maestro. En Zapotlanejo, Natividad pudo entonces dedicarse de lleno a sus devociones, pues siempre fue atraída por las cosas celestiales. Encontró en la devoción el refugio de su soledad; comulgaba todos los días, se le veía frecuentemente de rodillas ante el Sagrario, asistía a todos los actos piadosos de la parroquia, y lo que marcaría su vida, el 8 de diciembre de 1898, fue el ingreso en la floreciente asociación de las "Hijas de María"; fecha felicísima para Natividad. Impresiones imborrables quedaron en ella del día en que se consagró perpetuamente como lirio purísimo, bajo la mirada maternal de su Madre la Virgen María. Natividad había quedado huérfana de padre a la edad de 19 años, y había perdido a su madre en la tierra a edad muy temprana, ahora encontraba a su Madre del Cielo, de la que sintió sus caricias especiales en tan significativo acontecimiento. Natividad se integró al trabajo de catequesis y a la Pastoral que en aquel tiempo se realizaba en su parroquia, seguía su camino de alma escogida, por la invitación del Señor y la aprobación de su director espiritual don Antonino González, quien fue probándola poco a poco en lo que se refería a la virtud. Como sabio director de almas, se dio cuenta a tiempo, que esa alma debía ser trasplantada a los jardines del Señor, antes de que el oropel engañoso del mundo la encandilara y desviara, porque nunca le faltaron insistentes invitaciones para fiestas y matrimonio a las que ella rechazaba de inmediato. Anhelaba vivamente Natividad, consagrar su vida entera al servicio "del amado y más hermoso hijo de los hombres", y aunque se veía atraída por la vida religiosa, no acababa de ver claro cuál era para ella esa voluntad divina. Esta idea la había comunicado solamente a su director espiritual, quien llevando paso a paso y con gran prudencia a esta alma escogida del Señor y siguiendo las mociones del Espíritu Santo, se había propuesto conocer en este caso la Divina Voluntad. Pasado el tiempo y compartiendo la opinión de otros sacerdotes, conociendo más y más el alma de Natividad, llegó a decirle estas proféticas palabras que serán el indicio claro de Dios: "Es indudable, Natividad, tienes que terminar tu vida en el claustro". Por ese tiempo estaba en auge, en la ciudad de Guadalajara, la Casa de Ejercicios Espirituales de San Sebastián de Analco. Se organizaban continuamente tandas de ejercicios de San Ignacio para todas las clases sociales; no solo para la ciudad episcopal sino para las parroquias foráneas y así en noviembre de 1905, se verificó una exclusiva para Hijas de María predicada por el Padre Sotero Mireles. Por sugerencia del Padre don Antonino González, vinieron a tomar parte en esa tanda, cuatro señoritas del lo mejor en el terreno espiritual de la parroquia de Zapotlanejo, almas escogidas y auxiliares importantísimas en el apostolado. Entre ellas estaba Natividad. Era la hora de Dios. Precisamente al terminar estos ejercicios espirituales, Natividad decidió entrar de religiosa. Recibió varias invitaciones para ingresar a comunidades ya aprobadas canónicamente, como las "Carmelitas Descalzas de Santa Teresa", las "Salesas" o con las "Siervas de los Pobres" fundadas recientemente en el Hospital de la Santísima Trinidad, pero Dios tenía determinado que habría de tomar parte muy principal en la fundación de un nuevo instituto: el de las "Hijas del Sagrado Corazón de Jesús". La Providencia Divina llevó a Natividad hasta las puertas del Hospital del Sagrado Corazón, de Guadalajara. La idea de fundar este hospital había sido iniciativa de una bondadosa señora, María Guadalupe Villaseñor de Pérez Verdía, quien había decidido invertir sus cuantiosos bienes a favor de los enfermos. El Sr. Canónigo don Atenógenes Silva y Álvarez Tostado acogió con beneplácito la idea y se manifestó desde luego decidido colaborador, proponiendo él mismo la construcción del edificio. Mientras esto se realizaba, se alquiló una modesta casa en donde provisionalmente se abrió el hospitalito el día 2 de febrero de 1886, con diez enfermos. Quedaron al cuidado de los enfermos cinco piadosas señoritas invitadas por el Muy Ilustre Sr. Silva, de entre las muchas almas que dirigía espiritualmente, quienes aceptaron gustosas. Al principio, las jóvenes sólo atendían los enfermos; posteriormente iniciaron la vida comunitaria, recibiendo formación y un reglamento elaborado por el mismo prelado para iniciar desde luego una congregación religiosa, llamándolas desde entonces "Hijas del Sagrado Corazón de Jesús". Aprobado después el proyecto de la construcción del hospital en junio de 1889, colocada la primera piedra el 27 de diciembre del mismo año, el 2 de mayo de 1893 celebró la primera Misa en la capilla del hospital, aún no concluida, el ya entonces Obispo de Colima y Padre Fundador don Atenógenes Silva. El 8 de diciembre de 1905, Natividad llegó a formar parte de las "Hijas del Sagrado Corazón de Jesús", grupo que al llegar ella aumentó a seis. Al ingresar se perdió con la humildad de una santa en aquella casa llena de paz y concordia donde se oraba y se sacrificaba por los demás, atendiendo a los enfermos abandonados y a los menesterosos en el hospital; todos la llamaban por cariño "Madre Nati". María de Jesús Sacramentado – María de Jesús Sacramentado Venegas de la Torre, nació en un poblado del municipio de Zapotlanejo, Jalisco (México) el 8 de Septiembre de 1868, la bautizaron con el nombre de María Natividad. La vida de la joven María Natividad se desarrolló en un clima de sencillez, sin hechos extraordinarios, su niñez y adolescencia con los matices que da la vida. A la edad de 19 años quedó huérfana de padre y madre quedando al cuidado de una tía paterna. María Natividad sentía fuerte atractivo hacia la vida religiosa, y el 8 de diciembre de 1989, ingresa en la floreciente Asociación de Hijas de María, en su lugar natal. El 8 de diciembre de 1905 asistió a unos Ejercicios Espirituales y como fruto de éstos, decide formar parte del grupo de “Hijas del Sagrado Corazón de Jesús”, que con ella completaban 6 para el cuidado de los enfermos en el Hospital del Sagrado Corazón, recién fundado por el Sr. Canónigo Don Atenógenes Silva y Alvarez Tostado. Se distinguió por su humildad, sencillez, trato afable conlas hermanas, enfermos y personas en general, esta inmensa caridad bebida de la fuente del Corazón Divino de Jesús, a quien amó, en quien siempre esperó y cuya devoción procuró inculcar a todas las personas de su alrededor. Manifestó un trato especial a los obispos y sacerdotes, atendiéndolos con verdadero amor, respeto y obediencia, viendo en ellos la prolongación de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote. En el año de 1912 fue elegida Vicaria, puesto que ocupó hasta el 25 de enero de 1921 en el que, realizadas las primeras elecciones canónicas, resultó elegida Superiora General, al poco tiempo escribe las Constituciones que regirían a las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, éstas fueron aprobadas en 1930, reconociéndose así el nuevo Instituto. El 30 de Julio de 1959 entregó su alma al Creador, llena de paz, después de recibir los auxilios sacramentales. El milagro reconocido para su Canonización pertenece al Sr. Anastasio Ledezma Mora, que fue llevado al Hospital del Sagrado Corazón para someterlo a una operación quirúrgica. Después de la anestesia, se manifestó una lentitud cardíaca, que aumentó gradualmente hasta finalizar en un paro total del corazón y de las arterias. Enseguida se intentaron terapias de reanimación aunque en vano, por lo que el enfermo cayó en coma profundo. Los médicos enfermeros que estaban en el quirófano, así como la esposa del enfermo y las hermanas (Hijas del Sagrado Corazón), invocaron la intercesión de la Beata María de Jesús Sacramentado. Después de 10 o 12 minutos, las palpitaciones se restablecieron y más allá de lo que los médicos esperaban, el enfermo no sufrió ningún daño en el cerebro; a los pocos días fue sometido a una hemicolectomía con colostomía definitiva sin complicación alguna. Se tuvo como admirable la reanudación de los latidos del corazón gravemente interrumpidos. María de Jesús Sacramentado Venegas de la Torre, nació en un poblado del municipio de Zapotlanejo, Jalisco (México) el 8 de Septiembre de 1868, la bautizaron con el nombre de María Natividad. La vida de la joven María Natividad se desarrolló en un clima de sencillez, sin hechos extraordinarios, su niñez y adolescencia con los matices que da la vida. A la edad de 19 años quedó huérfana de padre y madre quedando al cuidado de una tía paterna. María Natividad sentía fuerte atractivo hacia la vida religiosa, y el 8 de diciembre de 1989, ingresa en la floreciente Asociación de Hijas de María, en su lugar natal. El 8 de diciembre de 1905 asistió a unos Ejercicios Espirituales y como fruto de éstos, decide formar parte del grupo de “Hijas del Sagrado Corazón de Jesús”, que con ella completaban 6 para el cuidado de los enfermos en el Hospital del Sagrado Corazón, recién fundado por el Sr. Canónigo Don Atenógenes Silva y Alvarez Tostado. Se distinguió por su humildad, sencillez, trato afable conlas hermanas, enfermos y personas en general, esta inmensa caridad bebida de la fuente del Corazón Divino de Jesús, a quien amó, en quien siempre esperó y cuya devoción procuró inculcar a todas las personas de su alrededor. Manifestó un trato especial a los obispos y sacerdotes, atendiéndolos con verdadero amor, respeto y obediencia, viendo en ellos la prolongación de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote. En el año de 1912 fue elegida Vicaria, puesto que ocupó hasta el 25 de enero de 1921 en el que, realizadas las primeras elecciones canónicas, resultó elegida Superiora General, al poco tiempo escribe las Constituciones que regirían a las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, éstas fueron aprobadas en 1930, reconociéndose así el nuevo Instituto. El 30 de Julio de 1959 entregó su alma al Creador, llena de paz, después de recibir los auxilios sacramentales. El milagro reconocido para su Canonización pertenece al Sr. Anastasio Ledezma Mora, que fue llevado al Hospital del Sagrado Corazón para someterlo a una operación quirúrgica. Después de la anestesia, se manifestó una lentitud cardíaca, que aumentó gradualmente hasta finalizar en un paro total del corazón y de las arterias. Enseguida se intentaron terapias de reanimación aunque en vano, por lo que el enfermo cayó en coma profundo. Los médicos enfermeros que estaban en el quirófano, así como la esposa del enfermo y las hermanas (Hijas del Sagrado Corazón), invocaron la intercesión de la Beata María de Jesús Sacramentado. Después de 10 o 12 minutos, las palpitaciones se restablecieron y más allá de lo que los médicos esperaban, el enfermo no sufrió ningún daño en el cerebro; a los pocos días fue sometido a una hemicolectomía con colostomía definitiva sin complicación alguna. Se tuvo como admirable la reanudación de los latidos del corazón gravemente interrumpidos. La Madre Nati dejó a su paso una estela de bondad y auténtica caridad, sobre todo hacia los enfermos. El amor a la figura sacerdotal convirtió su vida en una generosa ofrenda por aquellos que en la Tierra son los dispensadores de las gracias de Dios. Como don de Dios, Monseñor Enrique Mejía Razura, recibió la inspiración de trabajar para llevar a los altares a la Reverendísima Madre María de Jesús Sacramentado Venegas de la Torre. Siendo Monseñor Mejía, Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias, debía presentarse en Roma semestralmente y así con esta oportunidad y su grande empeño se iniciaron los trámites. En noviembre de 1977 pidió orientaciones en la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos. El 8 de septiembre de 1980 es promulgado el Decreto de Introducción de la Causa en la Arquidiócesis de Guadalajara. El 7 de abril de 1983, se termina de revisar el "Trasunto" y se verifica la "Clausura" del proceso, presidiendo el Sr. Cardenal José Salazar López, Arzobispo de Guadalajara. La documentación resultante, empaquetada y sellada con lacre como es requisito, la recibe Monseñor Mejía bajo juramento de entregarla a la Sagrada Congregación en Roma. El día 13 de mayo de 1989, en el Vaticano, en la presencia y con la autoridad de Su Santidad Juan Pablo II, a las 11:00 de la mañana, fue promulgado, entre otros, el Decreto de Virtudes Heroicas de la Sierva de Dios Sor María de Jesús Sacramentado Venegas, quien, desde ese momento quedó declarada oficialmente Venerable. La Venerable Sierva de Dios Sor María de Jesús Sacramentado Venegas de la Torre fue beatificada por el Papa Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro, el 22 de noviembre de 1992, junto con 25 Mártires Mexicanos, para gloria de Dios y de México, siendo motivo de esperanza para los católicos y un ejemplo de fe para el mundo entero. En orden a la Canonización, la Postulación sometió al juicio de la Congregación de los Santos una presunta curación admirable, atribuida a la intercesión de la Beata Sor María de Jesús Sacramentado Venegas de la Torre. El caso pertenece a Anastasio Ledesma Mora, que fue llevado al Hospital del Sagrado Corazón, en Guadalajara, para someterlo a una operación quirúrgica. Después de la anestesia, se manifestó una lentitud cardiaca, que aumentó gradualmente hasta finalizar en un paro total del corazón y de las arterias. Al punto se intentaron terapias de reanimación, pero en vano; por lo que el enfermo cayó en coma profundo sin convulsión nerviosa. Notando la gravedad de la situación, los mismos médicos, los enfermeros, que estaban en el quirófano, así como la esposa del enfermo y las Hermanas, Hijas del Sagrado Corazón, invocaron la intercesión de la Beata María de Jesús Sacramentado. Después de 10 ó 12 minutos las palpitaciones se restablecieron y, más allá de lo que los médicos esperaban, el enfermo no sufrió ningún daño en el cerebro, y a los pocos días fue sometido a una Hemicolectomía con Colostomía definitiva, sin complicación alguna. El Colegio de los Médicos de este Dicasterio, en la Sesión del 5 de febrero de 1998, reconoció que la curación fue muy rápida, completa y estable, y la rehabilitación completa sin secuelas, inexplicable. Se tuvo el Congreso especial de los Teólogos Consultores el 29 de mayo de 1998 y el 16 de marzo de 1999 se realizó la Sesión Ordinaria de los Padres Cardenales y de los Obispos, siendo Ponente de la Causa el Eminentísimo Cardenal Pío Laghi. Y en ambas reuniones, la de los Consultores y la de los Cardenales y Obispos, a la duda propuesta de si constaba del milagro divino, se respondió afirmativamente. Se informó finalmente al Sumo Pontífice Juan Pablo II, con máxima exactitud de parte del suscrito Perfecto y Su Santidad acogió benignamente el Voto de la Congregación de las Causas de los Santos y la tuvo como cierta, por lo cual mandó que se emitiera el Decreto de la mencionada curación admirable. Una vez elaborado este decreto, mandó además Su Santidad, el día 26 de marzo de 1999, que se publicara este decreto y se asentara en las actas de la Congregación de las Causas de los Santos. El decreto lo publicó L´Osservatore Romano el 2 de abril de 1999. El 10 de marzo del 2000, en Roma, se anunció su canonización para el 21 de mayo, durante el día dedicado a México en el Gran Jubileo. La Beata Sor María de Jesús Sacramentado Venegas de la Torre fue canonizada el 21 de mayo del Año Santo 2000, Jubileo de la Encarnación de Jesucristo, por el Papa Juan Pablo II, en la Plaza de San Pedro, junto con el grupo de veinticinco Beatos Mártires Mexicanos, encabezados en la lista por el Beato Cristóbal Magallanes y del sacerdote confesor, el Beato José María de Yermo y Parres. Se tuvo como admirable la reanudación de los latidos del corazón gravemente interrumpidos, por lo cual el Arzobispo de Guadalajara realizó la investigación Diocesana, y la Congregación para las Causas de los Santos aprobó su autoridad y fuerza por el Decreto del 9 de junio de 1995. La Venerable Sierva de Dios Sor María de Jesús Sacramentado Venegas de la Torre fue beatificada por el Papa Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro, el 22 de noviembre de 1992, junto con 25 Mártires Mexicanos, para gloria de Dios y de México, siendo motivo de esperanza para los católicos y un ejemplo de fe para el mundo entero.

SANTA MARTHA (29 DE JULIO)

Santa Marta, hermana de María Magdalena, tuvo la dicha de recibir a menudo en su casa a Jesucristo. Después de la Ascensión, los judíos la dejaron, con su hermano Lázaro y Santa Magdalena, en una barca sin remos ni timón en el mar; pero Dios les hizo de piloto y los hizo arribar a Provenza. Santa Marta construyó un convento en el que varias jóvenes, movidas por su ejemplo, consagraron a Dios su virginidad.

20 jun 2012

SAN BERNABE APOSTOL ( 11 DE JUNIO )

A pesar de que San Bernabé no fue uno de los doce elegidos por Jesucristo, es considerado Apóstol por los primeros padres de la Iglesia, aún por San Lucas, a causa de la misión especial que le confió el Espíritu Santo y de su activa tarea apostólica. Bernabé era un judío de la tribu de Levi, había nacido en Chipre; su nombre original era el de José, pero los Apóstoles lo cambiaron al de Bernabé que significa ‘hombre esforzado’. Se le menciona en las Sagradas Escrituras, en el cuarto capítulo de los Hechos de los Apóstoles; se menciona la venta de sus propiedades. El Santo fue elegido para llevar el Evangelio a Antioquía, instruir y guiar a los neófitos. Para esta misión obtuvo la cooperación de San Pablo. Los dos predicadores obtuvieron gran éxito; Antioquía se convirtió en el gran centro de evangelización y fue ahí donde, por primera vez, se dio el nombre de Cristianos, a los fieles seguidores de Cristo. Tiempo más tarde, se les encomendó una nueva misión y partieron a cumplirla, acompañados por Juan Marcos. Primero se trasladaron a Seleucia y después a Salamina, en Chipre. Luego llegaron a Pafos, donde convirtieron al procónsul romano Sergio Paulo, navegaron hasta Perga en Pamfilia, donde Juan Marcos los abandonó. En Iconium, en Licaonia, estuvieron a punto de morir apedrados. En Listra, San Pablo curó milagrosamente a un paralítico y los habitantes paganos los confundieron con dioses. De regreso a Antioquía pasaron por todas las ciudades que habían visitado para confirmar y ordenar presbíteros. Surgieron ciertas diferencias entre San Pablo y San Bernabé, por lo que decidieron separarse. San Bernabé partió entonces hacia Chipre, acompañado de Juan Marcos, para visitar las iglesias que ahí se habían fundado. Alrededor del año 60 ó 61, San Bernabé ya había muerto. Se dice que fue apedrado hasta morir en Salamina.Otra tradición nos lo presenta como predicador en Alejandría y en Roma y además como primer obispo de Milán. Nació en la Isla de Chipre, era Judío de la tribu de Leví. Su nombre original era José. Los apóstoles le cambiaron por el de Bernabé, que según San Lucas significa "el esforzado", "el que anima y entusiasma". Los Hechos de los Apóstoles nos narra que Bernabé vendió su finca y entregó todo el dinero a los Apóstoles para distribuir entre los pobres. (Hch,4) Fue un gran colaborador de San Pablo quién a su regresó a Jerusalén, tres años después de su conversión, recibió de Bernabé el apoyo ante los demás Apóstoles que sospechaban de él. No cuenta entre los doce elegidos por Nuestro Señor Jesucristo, pero probablemente fue uno de los setenta discípulos mencionados en el Evangelio. Bernabé es considerado Apóstol por los primeros Padres de la Iglesia y también por San Lucas, por la misión especial que le confió el Espíritu Santo. Los Apóstoles lo apreciaban mucho por ser "un buen hombre, lleno de fe y del Espíritu Santo" (Hechos 11,24), por eso lo eligieron para la evangelización de Antioquía. Con sus prédicas aumentaron los convertidos. Se fue a Tarso, y se asoció con Pablo, Juntos obtuvieron un éxito extraordinario. Regresaron a Antioquía, donde permanecieron por un año. Antioquía se convirtió en el gran centro de evangelización y donde por primera vez se le llamó Cristianos a los seguidores de la doctrina de Cristo. Volvieron a Jerusalén enviados por los Cristianos de la floreciente iglesia de Antioquía, con una colecta para los que estaban pasando hambre en Judea. El Espíritu habló por medio de los maestros y profetas que adoraban a Dios: "Separad a Pablo y Bernabé, para una tarea que les tengo asignada". Después de ayuno y oración Pablo y Bernabé recibieron la misión y la imposición de manos. Partieron acompañados de Juan Marcos, primo de Bernabé, futuro evangelista, a predicar a otros lugares, entre estos Chipre, la patria de Bernabé. Allí convirtieron al procónsul romano Sergio Paulo, de quien Saulo tomó el nombre para predicar entre los gentiles. Fueron luego a Perga en Pamfilia, donde se inició el mas peligroso viaje misionero. Juan Marcos no estaba muy decidido y les abandonó, regresando solo a Jerusalén Luego prosiguieron su viaje misionero por las ciudades y naciones del Asia Menor. En Iconium, capital de Licaonia, estuvieron a punto de morir apedreados por la multitud. Se refugiaron en Listra, donde el Señor por medio de San Pablo curó milagrosamente a un paralítico y por esa razón los habitantes paganos dijeron que los dioses los habían visitado, haciendo lo imposible evitaron que la población ofreciera sacrificios en honor a ellos y por eso se pasaron al otro extremo y lanzaron piedras contra San Pablo y lo dejaron maltrecho. Tras una breve estancia en Derne, donde muchos se convirtieron, los dos Apóstoles volvieron a las ciudades que habían visitado previamente, para confirmar a los convertidos y para ordenar presbíteros. Recordaban que "es necesario pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios" (Hch 14, 22). Después de completar la primera misión regresaron a Antioquía de Siria. Poco después, algunos de los Judíos Cristianos, contrarios a las opiniones de Pablo y Bernabé, exigían que los nuevos cristianos, a parte de ser bautizados sean circuncidados. A raíz de eso, se convocó al Concilio de Jerusalén. Se declaró entonces que los gentiles convertidos estaban exentos del deber de la circuncisión. Ante el segundo viaje misionero surgió un conflicto entre Pablo y Bernabé. Bernabé quería llevar a su primo Juan Marcos y Pablo se oponía por haberles abandonado en la mitad del primer viaje (por miedo a tantas dificultades). Decidieron separarse. San Pablo se fue a su proyectado viaje con Silas y Bernabé partió a Chipre con Juan Marcos. Mas tarde se volvieron a encontrar como amigos misionando en Corinto (1 Co. 9, 5-6), por lo que se deduce que Bernabé aún vivía y trabajaba en los años 56 o 57 P.C. Posteriormente San Pablo invita a Juan Marcos a unirse a él, cuando estaba preso en Roma, cosa que nos indica que Bernabé ya había muerto alrededor del año 60 o 61. Otros dicen que era predicador en Alejandría y Roma y primer obispo de Milán. Escritos apócrifos hablan de un viaje a Roma y de su martirio, hacia el año 70, en Salamina, por mano de los Judíos de la diáspora que lo lapidaron. Tertuliano afirma que Bernabé escribió la Epístola a los Hebreos, otros creen que escribió en Alejandría la Epístola de Bernabé. En realidad, lo que se sabe de el es lo que aparece en el Nuevo Testamento. Un mérito formidable de San Bernabé es el haber descubierto el gran valor que había en aquel recién convertido que se llamaba Saulo y que más tarde se llamaría San Pablo. Cuando después de su conversión Saulo llegó a Jerusalén, los cristianos sospechaban de él y se le alejaban, pero entonces Bernabé lo tomó de la mano y lo presentó a los apóstoles y se los recomendó. Y el será el que lo encaminará después a emprender sus primeras grandes labores apostólicas. La S. Biblia, en el libro de los Hechos de los Apóstoles, hace de Bernabé unos elogios que es difícil encontrarlos respecto de otros personajes. Dice así: "Bernabé era un hombre bueno, lleno de fe y de Espíritu Santo" (Hechos 11, 24). Cuando Saulo o San Pablo tuvo que salir huyendo de Jerusalén porque los judíos trataban de asesinarlo, se fue a su ciudad de Tarso, y allá se quedó un tiempo. Mientras tanto en la ciudad de Antioquía había sucedido algo muy especial. Al principio los discípulos de Jesús solamente predicaban el Evangelio a los israelitas, pero de pronto algunos empezaron a enseñar las doctrinas cristianas a los paganos en Antioquía, y resultó que aquellas gentes respondieron de una manera admirable y se convirtieron por centenares. Al saber esta noticia, los apóstoles lo enviaron desde Jerusalén a que se informara de lo que allí estaba sucediendo y les llevara noticias. Bernabé se quedó encantado del fervor de aquellos paganos convertidos y estuvo con ellos por un buen tiempo animándolos y acabando de instruirlos. En aquella ciudad fue donde por primera vez se llamó "cristianos" a los seguidores de Cristo. Entonces se le ocurrió a Bernabé la feliz idea de dirigirse a Tarso a invitar a Saulo a que se le uniera en el apostolado en Antioquía y éste aceptó con gusto. Desde entonces Bernabé y Saulo trabajaban asociados ayudándose en todo el uno al otro, y obteniendo resonantes triunfos. Por todo un año predicaron en Antioquía, cuidad que se convirtió en el gran centro de evangelización, del cual fueron saliendo misioneros a evangelizar a diversos lugares. Por aquel tiempo hubo una gran hambre en Jerusalén y sus alrededores y los cristianos de Antioquía hicieron una colecta y la enviaron a los apóstoles por medio de Bernabé y Saulo. Ellos al volver a Jerusalén se trajeron a Marcos (el futuro San Marcos evangelista) que era familiar de Bernabé. Venía a ayudarles en la evangelización. Un día mientras los cristianos de Antioquía estaban en oración, el Espíritu Santo habló por medio de algunos de ellos que eran profetas y dijo: "Separen a Bernabé y Saulo, que los tengo destinados a una misión especial". Los cristianos rezaron por ellos, les impusieron las manos, y los dos, acompañados de Marcos, después de orar y ayunar, partieron para su primer viaje misionero. En Chipre, la isla donde había nacido San Bernabé, encontraron muy buena aceptación a su predicación, y lograron convertir al cristianismo nada menos que al mismo gobernador, que se llamaba Sergio Pablo. En honor a esta notable conversión, Saulo se cambió su nombre por el de Pablo. Y Bernabé tuvo la gran alegría de que su tierra natal aceptara la religión de Jesucristo. Luego emprendieron su primer viaje misionero por las ciudades y naciones del Asia Menor. En la otra ciudad de Antioquía (de Pisidia) al ver que los judíos no querían atender su predicación, Bernabé y Pablo declararon que de ahora en adelante les predicarían a los paganos, a los no israelitas, con lo cual los paganos sintieron una inmensa alegría al saber que la nueva religión no los despreciaba a ellos sino que más bien los prefería. Allí en Iconio estuvieron a punto de ser apedreados por una revolución tramada por los judíos y tuvieron que salir huyendo. Pero dejaron una buena cantidad de convertidos y confirmaron sus enseñanzas con formidables señales y prodigios que Dios obraba por medio de estos dos santos apóstoles. En la ciudad de Listra, al llegar curaron milagrosamente a un paralítico y entonces la gente creyó que ellos eran dos dioses. A Bernabé por ser alto y majestuoso le decían que era el dios Zeus y a Pablo por la facilidad con la que hablaba lo llamaban el dios Mercurio. Y ya les iban a ofrecer un toro en sacrificio, cuando ellos les declararon que no eran tales dioses, sino unos simples mortales. Luego llegaron unos judíos de Iconio y promovieron un tumulto y apedrearon a Pablo y cuando lo creyeron muerto se fueron, pero él se levantó luego y curado instantáneamente entró otra vez en la ciudad. Después de todo esto Bernabé y Pablo se devolvieron ciudad por ciudad donde habían estado evangelizando y se dedicaron a animar a los nuevos cristianos y les recordaban que "es necesario pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios" (Hechos 14, 22). Al llegar a Antioquía se encontraron con que los cristianos estaban divididos en dos partidos: unos (dirigidos por los antiguos judíos) decían que para salvarse había que circuncidarse y cumplir todos los detalles de las leyes de Moisés. Otros decían que no, que basta cumplir las leyes principales. Bernabé y Pablo se pusieron del lado de los que decían que no había que circuncidarse, y como la discusión se ponía acalorada, los de Antioquía enviaron a Jerusalén una embajada para que consultara con los apóstoles. La embajada estaba presidida por Bernabé y Pablo. Los apóstoles reunieron un concilio y le dieron la razón a Bernabé y Pablo y luego pasaron horas muy emocionantes oyéndoles contar las formidables aventuras de sus viajes misioneros. Volvieron a Antioquía y dispusieron organizar un segundo viaje misionero. Pero Bernabé quería llevar como ayudante a su primo Marcos, y Pablo se oponía, porque Marcos les había abandonado en la mitad del viaje anterior (por miedo a tantas dificultades). Y así fue que se separaron y Bernabé se fue a acabar de evangelizar en su isla de Chipre y San Pablo se fue a su segundo viaje. Más tarde se encontraron otra vez como amigos misionando en Corinto (1 Cor. 9,6).